fragmento de una entrevista a Emilio Tejeira, publicada en revista Las Hespérides, junio 1968.

-¿Por qué se piensa que digo que las imágenes van a ser en el futuro lo más importante? Porque forman el mundo que se ve.
 -¿Eso es Platón?
-No, chamigo, es un mate (y lo pasa) ¿No conoce el mate? 
-Sí. -Bueno, convengamos que esto (señala el mate) no me parece raro porque ya lo conozco. Ya sé qué es, cómo es. Ahora, imaginesé, o trate de recordar, la primera vez que vio un mate. De gurí, seguramente. ¿Se acuerda? ¡Qué se va a acordar! Pero trate.
 -No me acuerdo. Pero supongo que me llamaba la atención.
-¡Ahí tiene! ¿Cómo no le va a llamar la atención si es algo que nunca vio, que no sabe por qué es como es, ni mucho menos qué es... Incluso, le digo más, no podemos saber si usted ve como yo veo. Porque las imágenes son reflejo de la realidad, pero también configuran la realidad. Imaginesé un paisano que nunca vio cine. Y un buen día lo llevan a una continuada y le muestran una de vaqueros. ¿Realmente piensa que va a ser el mismo? Y no digo por la historia, porque ahora él se va a pensar un vaquero del oeste, no, no. Eso es aparte. Dije de vaqueros pero puede ser cualquiera. Lo digo porque el paisano, después de ver la película por primera vez, va a empezar a ver como se ve en esas películas. Poco a poco, va a ver esas formas, esos colores. Los va a conocer y entonces los va a poder reconocer en el mundo. Y cuantas más vea, peor. Antes de eso, no veía así. Vaya a saber uno cómo veía. Como se ve en las fotos, o como en los dibujos, o vaya a saber... No sé si se entiende...
-Es interesante lo que plantea.
-Sí, incluso, para ir todavía más adentro de la cuestión, imaginesé que ese paisano nunca vio una imagen. Jamás. Es un indio, pongalé. Un indio que nunca vio una imagen...
-Pero es parte de la naturaleza humana representar en imágenes. Hasta los pueblos más primitivos pintaban en cavernas, hacían esculturas...
-No sé si eran tan primitivos. No sé. A lo mejor conocían de esto que le estoy hablando y elegían hacerlo así, simple. Cuanto más se elabora una imagen, más engaña, porque deja de ser imagen y pasa a ser. A existir realmente... Le decía, hay un indio, que nunca vio una imagen, salvo una madera tallada de algún dios. ¿Cómo ve ese indio? ¿Cómo percibe el mundo? Le voy a decir cómo lo ve. Lo ve en libertad. Porque lo único parecido a la Realidad que vio, es la Realidad misma. Ve la Realidad, con mayúsculas, y entonces puede estar más cerca de Dios... Quién le dice, a lo mejor ellos sabían esto. A lo mejor adoraban estatuas del dios de la lluvia porque necesitaban representar lo que les faltaba: si no llovía estaban fritos, se perdía la cosecha, un lío. En cambio, fijesé, nosotros miramos películas de Carlitos Chaplín porque nos falta risa. ¿Usted se piensa que los indios necesitaban una imagen para poder reir?... Por lo tanto, yo no sé quién es más primitivo.

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